La falta de un taller de restauración en este Archivo hace que la labor de custodia de los documentos sea, a veces, muy difícil, pues el mal estado del soporte de la escritura va más allá de donde la conservación preventiva puede llegar. Esto lleva a que muchos de los documentos conservados en este centro deban ser excluidos de su consulta a la espera de que la acción de los agentes que los degradaron sea tratada. De ahí la apuesta del AHPPo por la restauración de los documentos, por ahora, protocolos.
Los protocolos de los años 1798 y 1800 del notario de la villa de Vigo, Domingo Antonio Núñez Lourido, y del año 1768, del de Bouzas, Tomás Romero Carrera, fueron los elegidos para iniciar el tratamiento. Los tres tienen muy dañados el soporte celulósico y las tintas sustentadas en él. Las razones de este deterioro son las condiciones ambientales adversas (humedad y temperatura) a lo largo del tiempo, que provocaron no solo alteraciones directas sinó también la proliferación de hongos y bacterias por la existencia de un microclima. Esta intervención permitirá que, de nuevo, puedan ser consultados en las mejores condiciones.