Volframio

15 Jul 2022
15 Oct 2022

Volframio

Carballo, 11 de diciembre de 1942. Es de noche. En el cruce próximo al puente de la parroquia de Entrecruces, dos hombres esperan.

 

Mucho se ha escrito sobre la fiebre del volframio en Galicia en la década de los años de 1940. Los archivos alimentan esos escritos y hacen que vuele nuestra imaginación... Los hombres tenían una cita. Esperaban la llegada de un vecino del ayuntamiento que les había prometido comprar un cargamento de 760 kilos de ese mineral al precio de 80 pesetas/kilo. Pero parece que el vecino no tenía mucha intención de comprar... Con otras personas, entran en una casa para pesar el mineral y en ese momento aparecen dos supuestos carabineros y los vendedores huyen...

 

Extrañamente, o quizás no tanto,el fiscal solicitó, primero, en octubre de 1944, la devolución de la causa – de la que se había inhibido antes la jurisdicción militar - al juzgado de Carballo para completar la instrucción, y luego, en enero de 1945, el sobreseimiento. Sin embargo, la acusación particular pidió el procesamiento de los acusados basándose en los testimonios recogidos en el sumario militar:

 

“De lo actuado... procede dirigir el procedimiento contra el inculpado... por existir... indicios de culpabilidad en la comisión de un delito de estafa, según se acredita por las diligencias practicadas, especialmente por la intervención que en la sumaria militar – unida al presente proceso- se atribuye a dicho Mato como inspirador y ejecutor de el supuesto atraco que se proyectó para apoderarse del mineral y por tal medio engañoso eludir el pago de su precio. Así resulta de las declaraciones de los testigos... que atribuye[n] al Julio haber verificado señales para la intervención de los de los desconocidos que se presentaron [a] atemorizar a los presentes...

 

“y el propio Julio Mato... reconoce que huídos todos los presentes ante la intimidación de los dos sujetos vestidos de militar, él les acompañó a La Coruña dando las necesarias facilidades para depositar elmineral sustraído en la Embajada alemana, continuando juntos hasta la plaza de Santa Catalina, confesando que no hizo pagado a sus dueños del mineral de referencia.”

 

Pero, recibidos nuevamente los autos, la acusación particular se allana al dictamen del fiscal y finalmente la Audiencia, en junio de 1947, dictó un auto en el que señala que “ de lo actuado no aparece debidamente justificada la comisión de delito” en la venta “de mineral Wolfran de origen ilegítima, no satisfaciendo él importe los compradores.”

 

Esta causa tiene la signatura 52060-80 del fondo de la Audiencia Provincial de A Coruña.